Castillo de Monturque

Está emplazado sobre un cerro testigo de caliza de unos 395 metros de altitud, de manera que la Torre del Homenaje se puede ver a cierta distancia cuando el viajero se va aproximando a la localidad. Conquistada Monturque por Fernando III posiblemente en torno al año 1240, pasa a posesión del Concejo de Córdoba hasta que Alfonso X se la entrega en 1254 a Gonzalo Yañez Dovinhal, quedando así vinculada al primer linaje de la Casa de Aguilar hasta 1353 en que desaparece dicho primer linaje con la ejecución de Alfonso Fernández Coronel. Pedro I, segregando Monturque de Aguilar, se la entrega en el año 1357 a Martín López de Córdoba quien instituyó el Señorío de Monturque. En 1367 el futuro rey Enrique II cede Monturque a Gómez Carrillo. Y ya a finales del siglo XIV, en agradecimiento por la ayuda prestada en la guerra contra Pedro I, el rey Enrique II se la entrega a Gonzalo Fernández de Córdoba y Biedma:”(…) fue dado por este monarca el castillo de Monturque a Don Gonzalo Fernández de Córdoba con la jurisdicción civil y criminal en 29 de agosto de la era 1415 (año 1377) y fue agregado al estado de Aguilar” (Ramírez y las Casas-Deza). Monturque queda así ligada a la casa de los Fernández de Córdoba, pasando en 1709 a los dominios del Ducado de Medinaceli

El castillo, asentado sobre cimientos romanos, es de origen musulmán pero reedificado en la Baja Edad Media. Presenta un trazado rectangular. Las murallas, de dos metros de anchura y con marcas de los canteros cristianos en algunos sillares, estaban reforzadas con tres torres de las que pueden visitarse la Torre del Homenaje y la Torre Pentagonal o Torre Chacón. De otra torre de sillarejo de época Omeya solo quedan los cimientos que, junto con los vestigios de un muro de tapial, posiblemente sean los restos más antiguos.

La Torre del Homenaje, hoy restaurada, está situada en el centro del Patio de Armas, es de sección cuadrada construida con mampostería reforzada en sus aristas con sillería. Está rematada por un matacán apoyado en ménsulas. El desnivel del terreno determina que por su cara Norte tenga unos dieciocho metros de altura que quedan reducidos a catorce en su cara Sur. Tiene dos únicas aberturas, situadas en la cara Norte. La más baja, con arco ojival restaurado, corresponde a la entrada actual a la torre. La otra abertura, situada a media altura de la torre y también con arco ojival y sillares originales, era la puerta de entrada primitiva convertida hoy en una ventana.

Para llegar hoy a la entrada de la torre hay que subir una escalera metálica que da a unos escalones de piedra que conducen a la puerta de acceso. El interior está formado por dos salas rehabilitadas, cubiertas con bóveda de ladrillo y comunicadas por una escalera. De la planta superior sale otra escalera que conduce a la terraza desde la que se puede contemplar un amplio panorama de la campiña, el Patio de Armas con el aljibe rectangular con sus lados menores semicirculares y la cubierta de la Torre Pentagonal que es más baja.

La Torre Pentagonal o Torre Chacón, situada en el ángulo este del Patio de Armas y construida con sillares, da por una parte a la calle Séneca de la población donde se pueden apreciar dos de sus caras y en cada una de ellas con una aspillera en la parte baja (casi a nivel del pavimento de la calle) que corresponden a una dependencia de la torre a la que se llega bajando unas escaleras desde el interior de la misma. Otras caras no pueden apreciarse desde la calle por estar adosadas a ellas las viviendas. También puede apreciarse un cartel que dice: “Se trata de la única torre con planta pentagonal conocida en al provincia de Córdoba. Construida en el s. XV se accede a ella desde el patio de armas a través de una puerta con vano alargado. La torre que cae a la calle Séneca, presenta bóveda de medio cañón de ladrillo, resaltadas saeteras localizadas en los muros”.