Castillo de Miramontes (Santa Eufemia)

 

 

A unos 100 kilómetros al Norte de la provincia de Córdoba, en la comarca de Los Pedroches, por la carretera que conduce a Almadén, se encuentra Santa Eufemia rozando con las provincias de Badajoz y Ciudad Real. Su población, en continuo descenso, era de 859 habitantes en el año 2015.

 

EL CASTILLO

 

Se llega a Santa Eufemia por la carretera que conduce a Almadén y nada más entrar en la población a la izquierda de la carretera arranca la calle Calvario. Siguiéndola durante un corto trayecto se llega a una pista que sale a la derecha y conduce al castillo. La pista, de piso pedregoso y descarnado, presenta una pendiente muy pronunciada y llena de curvas que con precaución se puede subir en coche o mediante una caminata fatigosa, aunque permite ir contemplando la silueta del castillo que en algunos momentos se confunde con las rocas sobre las que se asienta. En la parte más elevada de la Sierra de Santa Eufemia, sobre un risco granítico de 823 metros de altitud y de difícil acceso, se levanta el castillo. Su emplazamiento lo hace casi inexpugnable, dominador de todo el entorno y con visualización de otras fortalezas como la de Madroñiz. La extensa panorámica que desde su emplazamiento se contempla permite ver los Montes de Toledo y parte de la sierra sevillana. No es extraño, entonces, que también reciba el nombre de Miramontes. 

 

Ramírez y las Casas-Deza lo describe así: “El castillo que llaman de Mira-montes está situado en el mejor y mas elevado punto de la cordillera de la sierra, y á media legua de la población, y súbese á él por dos caminos igualmente ásperos y difíciles. Su forma es cuadrada y sus muros por la parte que miran á las casas de la Zarza al O.N.O. se conservan; pero los que á la villa están arruinados. A la derecha de la entrada se eleva una buena torre de 66 pies llamada de la Cárcel, y en la plaza de armas hay un aljibe ya destrozado que contiene agua todo el año. Fue construida la fortaleza en tiempo de los árabes”

 

Su origen se puede remontar a la época romana cuando se construyeron algunos puntos defensivos para control del territorio y, sobre todo, de las vías de comunicación, especialmente la ya mencionada “vía del azogue”. La construcción del actual castillo es árabe, posiblemente levantado a partir de siglo XI bajo el dominio almorávide o almohade. Sobre su construcción Castejón mantiene:”(…) yo sostuve y sigo opinando igual, por su planta general y por los detalles de su construcción, que se trata de una obra mudéjar o morisca, de fines del XIII, muy acompasada con otras tantas de nuestra de nuestra región, en cuyos tiempos las sucesivas tomas y pérdidas de tantas villas y ciudades e incluso la utilización de prisioneros en las necesarias reparaciones, daban uniformidad al estilo bien llamado mudéjar o morisco, porque tanto era obra de moros como de cristianos. Este sin embargo tiene una facies general más cristiana que árabe, y no dudamos en adjudicarlo al Hernán Díaz de Carrillo designado por el cabildo de Córdoba para guardar la comarca de bandidos y constituido al fin en señor y fundador de mayorazgo”.

 

Está levantado con tapial revestido con mampostería trabada con argamasa de cal y arena y, en algunas zonas, reforzado con ladrillo. Presenta una planta irregular adaptada al desigual terreno sobre el que está emplazado. Sus murallas están reforzadas por una serie de torres de planta cuadrada. Circular e incluso poligonal, la mayoría destruidas. Se conserva la Torre del Homenaje que, desde el adarve, presenta una entrada con arco de herradura. En el patio de armas se conserva el aljibe que estaba cubierto por bóveda de ladrillo. También, en el patio, hay restos de una “construcción de tapial que contrasta con el resto de albañilería de ladrillo y piedra del lugar. Nos atrevemos a suponer que esta fuera una primitiva construcción árabe, a modo de atalaya o torre vigía, aislada, a cuyo alrededor se hubiera construido ampliamente el castillo en el siglo XIII” (Castejón, 1973).

 

Los abusos cometidos por los señores de Santa Eufemia determinaron que los Reyes Católicos mandaran en 1478 (era entonces señor de Santa Eufemia Gonzalo Mejía II) destruir el castillo para castigar sus desmanes y someterlos a la autoridad real. Hoy el castillo se encuentra abandonado y en estado de ruina.