Castillo de Madroñiz (El Viso)

El norte de la provincia de Córdoba, en lo que hoy es la comarca de Los Pedroches, se localizaba la cora de Fahs al Ballut o “Llano de las Bellotas” que se encontraba defendida por una línea de fortalezas que, de Oeste a Este, defendían el territorio: Belalcázar, Madroñiz, Santas Eufemia, Pedroches y castillo de Almogávar. Tales fortalezas, conjuntamente con otros puntos defensivos, controlaban y defendían las vías de comunicación que iban desde el valle del Guadalquivir a Extremadura o a Castilla-La Mancha, con especial destino a Almadén y Toledo.

El castillo de Madroñiz, el más septentrional de la provincia de Córdoba, emplazado en un lugar esencial para controlar el “Pasillo de Abdallah” que llevaba a Badajoz y Almadén.

Tras la conquista cristiana el castillo pasó por diversos propietarios después de que Fernando III lo cediera a su hijo el infante Don Juan Manuel quien, en abril de 1306, lo dona a Fernán Gómez de Toledo, camarero mayor de Fernando IV, y a Diego García de Toledo. Estos, en 1310, lo venden a Pay Arias de Castro por 6.000 maravedies, quedando así bajo el dominio de la “Casa de Espejo”, hasta que Teresa Páez, viuda de Ruy Páez Castro, dejó en testamento el encargo de su venta que se realizó, mediante subasta pública, en julio de 1364. Por 24.000 maravedies pasó a ser propiedad de Martín Fernández de Córdoba y de su mujer Beatriz Fernández de Cárcamo, vinculado así a la Casa de Aguilar. 

Diego Fernández de Córdoba, hijo y heredero de Martín Fernández, intentó, sin éxito, repoblar la zona con nuevos colonizadores libres de impuestos por concesión de Juan I, en1385. Su hijo y sucesor, Diego Fernández de la Trinidad, permuta, según recoge Luna Rivera (“El castillo de Madronñiz, 1983), el castillo y las tierras de Madroñiz por “tres heredades de tierras y pastos en la campiña cordobesa”, operación aprobada con posterioridad a la misma por Enrique IV en 1461. La posesión de Madroñiz por los Señores de Santa Eufemia va a generar entre estos y los Sotomayor, Señores de Gahete, una serie de conflictos por disputas territoriales.

Luna Rivera expone en su obra: “El castillo y la dehesa de Madroñiz ha estado supeditada a la Casa de los Mesía desde el año 1461 y vinculado al Marquesado de La Guardia desde la fundación de este título nobiliario en 1566.

El último poseedor señorial del Castillo y la dehesa ha sido Josefa de Arteaga y Echagüe, marquesa de La Guardia, quien lo consiguió el 18 de Mayo de 1912 por herencia…”. En 1951 la marquesa de La Guardia vende la finca denominada “Estado de Madroñiz”, con 6.000 ha. Don Francisco Fernández Seco de Herrera adquiere los mayores lotes de terreno, entre los cuales se encontraba el castillo. En1974 el marqués don Carlos Montijano y Carbonell y su esposa, doña Carmen López Gómez, comprar el castillo y 4.000 fanegas de terreno. Ante el estado de ruina, estos restauran el castillo que lo destinan a albergar a los amantes de la caza, a los que buscan tranquilidad o un lugar donde celebrar alguna fiesta. Así hoy día en la torre del homenaje se encuentran 11 dormitorios bien acondicionados.

En los años 80 Montijano Carbonell vende el castillo. Hoy pertenece a la sociedad “Mangadas del Zújar” que, constituida por 60 accionistas, posee también 2.440 ha. que rodean el castillo. Esta “Sociedad” hoy mantiene cerrado el recinto por el elevado coste de mantenimiento y la dificultad de tenerlo abierto al público.

EL CASTILLO

La fortaleza, asentada en el término de El Viso, se localiza en la zona más septentrional de la provincia de Córdoba, limitando ya con Badajoz y Ciudad Real. Está situada al lado del río Zújar y emplazada en un cerro rocoso de unos 446 metros de altitud, emplazamiento que permite una fácil defensa y un control de todo el valle. La fortaleza o castillo, construido por los árabes en los siglos XI o XII, fue reformado en los siglos XIV y XV, quedando de la época árabe la planta del mismo y la Torre del Homenaje.

Ramírez y las Casas-Deza en la página 367 de su Corografía dice:” Entre todos estos era notable el de Madroñiz que coronaba un encumbrado cerro tres leguas hacia el N.O. un cuarto O. de la villa, el cual está por mayor parte arruinado y solo conserva bien el oratorio…”. Es decir, ya en 1842 el castillo estaba en ruinas.

De dimensiones no muy grandes, tiene una planta más o menos rectangular orientada de Este a Oeste y está construido con mampostería. El ladrillo solo se utiliza en el lienzo sur levantado con mampostería alternada con hiladas de ladrillos que también se utilizan para reforzar las esquinas y en las construcciones de las dependencias recientes. El castillo solo presenta almenas en el lienzo sur del patio de entrada y en la terraza de la torre del homenaje.

El castillo dispone de dos patios, uno de entrada y a continuación del mismo otro, llamado “del pozo” donde se localiza en su lado este la Torre del Homenaje.

En la zona Oeste es donde está situada la puerta de entrada que da paso al primer patio o “patio de entrada”. La puerta de acceso, de reducidas dimensiones, adintelada y construida con sillares de granito, se abre en un muro de anchura considerable. Esta puerta está escoltada por dos torreones circulares: el del lado noroeste, de mayor altura y diámetro, remata en una terraza que se abre al adarve o paso de ronda del lienzo norte; el otro torreón, de dimensiones más reducidas, más próximo a la puerta de entrada, está dotado de una saetera para vigilar y defender la puerta de entrada al recinto.

El primer patio o” patio de entrada” es de planta trapezoidal, no tiene dependencia alguna y es el de mayor tamaño. El patio tiene una puerta adintelada de granito en su lado este que da acceso al segundo patio rectangular o “patio del pozo” (llamado así por el aljibe o pozo que contiene) donde se localizan las caballerizas, la escalera de subida al adarve y en su lado este la entrada a la parte baja de la Torre del Homenaje. Las caballerizas, cubiertas con bóveda de ladrillo, están hoy dedicadas a cocina y comedor y en ellas se abría un pequeña puerta de escape en caso de peligro. Desde este patio arranca la escalera que conduce al adarve o paso de ronda que recorre el lienzo norte desde la terraza del torreón circular de la entrada, llega a la terraza de una pequeña torre rectangular utilizada como mazmorra y termina en el lado este donde se encuentra una entrada a la segunda planta de la Torre del Homenaje. Desde el adarve también sale una galería cubierta que da paso a los dos pisos de habitaciones que se construyeron encima de las caballerizas en la reforma realizada en la segunda mitad del siglo XX.

La Torre del Homenaje cierra por el este el patio del pozo. Es rectangular, construida con mampostería y rematada por una terraza (hoy casi ocupada por un tejado a dos aguas) coronada con almenas de ladrillo. En la torre se encontraban las dependencias privadas de los señores (hoy convertidas en dormitorios) y el salón principal con una puerta de entrada adintelada con rica decoración de yeserías y enmarcada por un alfiz de influencia mudéjar. Las yeserías pueden datarse después del 1461 en que Madroñiz pasó a pertenecer a los Mesía como atestiguan los cuatro escudos del Señor de Santa Eufemia que se pueden ver en el salón principal del castillo.