El castillo de Torreparedones se encuentra situado en la campiña oriental cordobesa, próximo al límite septentrional de los términos municipales de Castro del Río y Baena, cuya divisoria de términos atraviesa el sector occidental de la propia fortaleza. Se emplaza, igualmente, en el extremo septentrional de la ciudad ibero-romana de Torreparedones (colonia Virtus Iulia Ituci), coincidiendo con la cota más elevada del relieve, y construido sobre los restos del anterior asentamiento ibero-romano.
El castillo presenta planta trapezoidal, dotada de torres angulares de planta también cuadrangular, bien conservadas en su lado oriental (la del ángulo SE. es la propia torre del homenaje), derruidas en el occidental (aunque la NO. se ha podido excavar en parte, y su organización responde a modelos bien conocidos y ampliamente usados en la arquitectura defensiva medieval. El acceso al castillo se hallaba situado en el lienzo oriental, próximo a la esquina NE. de la torre del homenaje flanqueado por dos pequeñas torres cuadrangulares.
La Torre del Homenaje está emplazada en el ángulo SE. apoyada sobre un basamento o plataforma de sillería de 5×3 m de planta y 2,50 m de altura, que le sirve de cimentación; es de planta cuadrangular de 4×5 m, 14 m de altura y presenta las esquinas redondeadas. Está articulada en su interior con una doble planta apoyada sobre bóveda de crucería, que habilita dos cámaras diferentes a las que se accedería desde el adarve o bien a través de un acceso de madera desde el espacio situado en el ángulo sureste del patio de armas. En la fachada N. de la torre y a la altura del adarve aparecen dos vanos que permiten la entrada a las cámaras, de los que conservamos un buen dibujo atribuido a Aureliano Fernández Guerra en 1834. La cámara inferior serviría de almacén o silo.
El patio de armas responde a un esquema organizativo habitual de las fortalezas medievales, con un espacio abierto central en torno al cual se articulan diferentes estancias o dependencias. De igual forma que ocurre con el sistema de acceso, la técnica edilicia de las estructuras exhumadas en el patio de armas no se corresponde con la que aparece en los muros exteriores del castillo y en su torre del homenaje, lo que permite datar en una misma fase constructiva la organización documentada en el acceso oriental y la del patio de armas que correspondería a los últimos años del siglo XV.
El patio de armas abierto ocupa la posición central en la fortaleza, de planta cuadrangular, con 8×10 m de extensión, en cuyo ángulo noreste se documenta un aljibe para el almacenamiento de agua de planta rectangular, casi 3 m de profundidad, capacidad hídrica de 18.000 litros, cubierta de mampostería trabada con mortero en forma de bóveda de medio cañón y enlucido interior de los muros con mortero hidráulico y revestimiento a la almagra. En torno a este espacio central se disponen cuatro estancias que rodean el patio de armas en forma de crujías establecidas en sus lados N., O., S. y E. que cumplen funciones residenciales propias del castillo, aunque no es posible identificar con rotundidad si se trata de dormitorios, almacenes, salas, etc.
El sector oriental del castillo ha sido el último investigado y tiene unas dimensiones de 40 m. en sentido E-O. por 20 m. en sentido N-S. con una superficie total de 800 m2, donde no ha sido documentada ninguna estructura, salvo un suelo de mortero, lo que parece evidenciar la funcionalidad de este espacio central como corral de ganado, como lugar de estabulación de las caballerías de la guarnición o como refugio eventual de los ganados frente a posibles amenazas externas. Alrededor de esta especie de plaza abierta se localizan una serie de estancias de funcionalidad dudosa, excepto dos de ellas que están relacionadas con la elaboración de pan; en efecto, una de ellas corresponde a un horno de pan y la otra a la panadería anexa. El horno tiene 2 m de diámetro, bóveda de ladrillo y plaza también de ladrillos asentados de plano. Por su buen estado de conservación (acceso, horno, bancos) y por la cota a que se encuentra situado, pensamos que el horno de pan y su local de trabajo debieron de ser las últimas estructuras en funcionamiento en este sector del yacimiento. Todo ello hace pensar que este sector oriental de la fortaleza correspondería a un área de servicios relacionados con la guarnición de la fortaleza.
Además, las labores realizadas han confirmado la existencia de un foso que citan documentos de los siglos XV-XVI, situado entre el recinto fortificado oriental y el lienzo oriental del propio castillo. Subsiste la duda sobre la fecha de construcción del foso, pero se ha planteado que pudo ser en un momento tardío de la baja Edad Media, cuando el recinto fortificado oriental se encontrara medio abandonado y se pensara en reforzar la seguridad mediante su construcción y la de un nuevo acceso, quizás en las obras llevadas a cabo en la segunda mitad del siglo XV, durante el reinado de Enrique IV.
Las evidencias de una ocupación anterior islámica se han detectado en el sector más oriental del recinto que podrían remontarse al período almohade, es decir, en los años inmediatamente anteriores a la ocupación cristiana del siglo XIII. Destaca el denominado edificio almohade, de planta rectangular, que alcanza los 10×6 m de extensión, con sus lados mayores dispuestos en sentido SO-NE. asociado a gran cantidad de cerámica musulmana.