Castillo de Iznájar

 

 

Sobre una pequeña península que se adentra en el embalse formado para aprovechar las aguas del río Genil se asienta la villa de Iznájar. En la parte más elevada del cerro calizo que forma la península está emplazado el castillo a una altitud de 530-533 metros. La fortaleza, denominada Hins Ashar o castillo de Ashar, es una construcción musulmana del siglo VIII que al estar situada en un lugar estratégico permitía controlar las comunicaciones del valle del Genil con la Subbética y la campiña cordobesa

 

El castillo desempeña un importante papel en el siglo IX cuando sus moradores se ponen de parte de ibn Hafsún, levantado contra los omeyas de Córdoba. Sofocada la rebelión y pacificada la zona, el castillo, deteriorado como consecuencia de las luchas mantenidas durante la rebelión, fue reconstruido bajo el mandato de Abderramán III. 

 

Desaparecido el califato omeya, Iznájar pasa a ser la capital del reino taifa de ben Maksan hasta que, después del dominio almorávide y almohade, pase al reino nazarí de Granada.

 

El castillo presenta una planta de tipo trapezoidal o triangular cortada por el noreste donde existe una torre y un recinto rectangular que, construido con sillares y dotado de gruesos muros, corresponde al núcleo original del castillo. Este núcleo se levanta en el siglo VIII y puede que esté emplazado en el espacio de un asentamiento defensivo ibero-romano. La configuración actual del castillo es de época omeya (s. X) pero sufrió ampliaciones desde el siglo XI hasta lo siglos XIV.

 

En el año 1080 Abd Allah, último rey taifa antes de que Iznájar pasara a depender del reino nazarita de Granada, ante la amenaza cristiana y almorávide manda ampliar y robustecer el castillo y construir un primer recinto defensivo para proteger a la población. Según la base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía hoy se pueden observar los restos de seis torres del este primer recinto, La primera torre, de planta cuadrada y construida con mampostería y sillares en las esquinas, está en el lienzo sur del recinto. En este mismo lienzo se encuentra la Torre del Reloj, también de planta cuadrada y mampostería. La tercera torre, también en el lienzo sur, se inserta en el entorno de la puerta de acceso en recodo. Otra torre, llamada de San Rafael, está situada en al este y es de características similares a las anteriores. La quinta torre se localiza en el lienzo norte del recinto y tiene en su ángulo noroeste un contrafuerte cilíndrico. La sexta está en el lienzo norte del recinto, cerca de la iglesia de Santiago. 

 

Posteriormente, bajo el dominio nazarí, fue necesario construir un segundo recinto para acoger el crecimiento de la población:”Aquí las construcciones se redujeron a las puerta y poco más. Estas fueron tres: la de la Muela, la del Rey y el Postigo. Solo quedan vestigios de la segunda. Dicho recinto era prácticamente natural, con algunos lienzos de muro en las pocas zonas accesibles. Contó también con una torre al Noroeste de la que quedan restos empotrados en una vivienda de la calle Virgen” (Valverde/Toledo, 1987).

 

Alfonso XI intentó la conquista del castillo durante las campañas que realizó de 1314 a 1341 pero no consiguió su rendición. Sin embargo, en el año 1362 el rey Pedro I conquista Iznájar. La “Crónica de los Reyes Don Pedro, Don Enrique, Don Enrique II, Don Juan I (por D. Pedro López de Ayala. T.I, p.400. 1779) dice: “El Rey Don Pedro entró en el Regno de Granada con todo su poder, é ganó de ese camino estos logares: Iznaxar…é dende tornóse el Rey para Sevilla”. En la misma crónica figura una carta original del mismo Rey al rey Don Pedro de Aragón que dice así: “(…) Otrosi sabed, que nos ayuntamos agora aquí los nuestros, é ficimos una entrada en la tierra del Rey de Granada, é llegamos a una villa muy buena é muy fuerte que que dicen, Ixnaxar: é los Moros, con el afincamiento de combate grande que los nuestros les facian, cometieron pleytesia, é dieronnos la villa é el Castillo”.

 

Conquistada la fortaleza, Pedro I la refuerza construyendo una nueva muralla que, generando un foso seco por el oeste y noroeste, sirve para proteger la primitiva muralla y la Torre del Homenaje y levanta tres nuevas torres: Una junto a la entrada, otra pentagonal (vista desde el exterior de la muralla presenta forma de proa) y la torre albarrana. Además en el patio de armas levanta un edificio con una sala rectangular cubierta con una bóveda de medio cañón que es destinada a iglesia.

 

En el año 1368 Iznájar vuelve a caer bajo el dominio de los musulmanes y el rey granadino Muhamed V la refuerza con un nuevo muro (por detrás de la iglesia construida por Pedro I) que sirve para cerrar el recinto por la zona este.

 

La fortaleza de Iznájar permaneció bajo el dominio musulmán hasta que, después de varios intentos, es conquistada de manera definitiva durante el reinado de Juan II por el Adelantado Mayor de Andalucía en el año 1433, Diego Gómez de Rivera. El rey en septiembre de 1434 concedió la tenencia Iznájar a Pedro González de Córdoba, señor de Cabra, que refuerza el muro de entrada y prepara unas dependencias en el Patio de Armas,. En 1466 Enrique IV le concede a Diego Fernández de Córdoba y Montemayor el señorío de Iznájar.

 

“Hasta el siglo XIX, el Condado de Cabra y el Vizcondado de Iznájar se mantuvieron unidos, con otros muchos títulos al Ducado de Sesa-Baena. En 1859, el testamento de don Vicente Pío Osorio de Moscoso y Ponce de León preludia la que, años más tarde, sería la separación definitiva de las casas de Baena y Cabra. Por sentencia… del Tribunal Supremo…de 1982, se ha declarado el mejor derecho de la casa de Cabra al Vizcondado de Iznájar. Ulteriormente, doña Pilar Paloma de Casanova y Varón…ha hecho cesión del título de Vizconde de Iznájar a favor de su hijo don Álvaro Francisco López Solé y de Casanova. De este modo dicho título ha pasado nuevamente al primogénito de la casa de Cabra, retomando el espíritu del privilegio otorgado por Enrique IV, en 1466, que así lo disponía”. (Valverde/Toledo.” Los castillos de Córdoba”, 1987),

 

El castillo primitivo presenta una planta de tipo triangular cortada por el noreste donde se localiza una torre (bastante bien conservada) y un recinto rectangular que, construidos con sillares y dotados de gruesos muros, componen el núcleo original del castillo. Este núcleo se levanta en el siglo VIII y, posiblemente, ocupa el mismo espacio de un antiguo asentamiento ibero-romano. La configuración actual es de época omeya (s. X). En el siglo XI se levantan los muros que cierran el patio de armas que en época nazarí serán dotados de adarve. La puerta principal era de acceso directo al patio de armas (El recodo actual es el resultado de la construcción de un vestíbulo a finales del s. XVIII). Concluida la toma de Granada, las necesidades defensivas eran menores y el castillo fue perdiendo su función militar y es destinado a usos agrarios y ganaderos. El paso del tiempo va deteriorando la fortaleza. Decadencia que se acentúa en el siglo XVIII cuando se realizan unas obras para destinarlo a vivienda del administrador del Duque de Sesa. La adaptación como vivienda supuso un auténtico destrozo del castillo: “No hubo reparos en romper el adarve, con el fin de dar acceso al jardín ubicado en la barbacana, y cometer cuantos desmanes se consideraron necesarios para la nueva función del viejo castillo” (Valverde/Toledo, 1987).

 

En los primeros años del siglo XX el castillo fue abandonado, acentuándose la destrucción del castillo y del recinto defensivo que se vio acelerada por la intervención humana: “Durante la Segunda República se destruyó la bella torre de entrada al primer recinto murado, para emplear sus sillares en el muro de contención de la Plaza Nueva. La piqueta se detuvo entonces a metro y medio de altura, pero la demolición se ha consumado en 1982, porque los venerables cimientos dificultaban la construcción de una cochera” (Valverde/Toledo),

 

La fortaleza conserva cuatro torres: la torre adosada al núcleo primitivo; la torre cuadrada situada en el noreste; la torre también cuadrada del sureste a la que se adosa otra más pequeña para proteger la puerta de entrada la torre situada al oeste que, cuadrada y bien conservada, se considera como torre del Homenaje y la torre pentagonal (en forma de proa vista desde el exterior).

 

En el patio de armas se localiza un aljibe: “El aljibe de grandes dimensiones, situado en la parte central del patio de armas y excavado en la roca sobre la que se asienta el castillo, tiene planta rectangular, de 7,20 metros de largo por 6,30 de ancho, con una profundidad desde el suelo hasta el arranque de la bóveda de4,10 metros cúbicos, Tiene una capacidad de 185 metros cúbicos. La cubierta está constituida por un machón central de planta cruciforme del que salen cuatro arcos de ladrillo que apoyan en la zona de cada una de las cuatro paredes laterales; en cada pared los arcos descansan en pilastras de ladrillo que hacen de arcos fajones. Cada sector de los cuatro en que se divide el espacio interior se cubre con bóveda de arista. Exteriormente presenta una cubierta plana” (Córdoba de la Llave/Rider Porras: “Aljibes hispanomusulmanes de la provincia de Córdoba”, Meridies,1994).

 

Desde el patio de armas una escalera metálica permite subir a la Torre del Homenaje. Es de tapial con sillares de refuerzo y maciza hasta la altura del adarve, desde donde originariamente una puerta, algo elevada del nivel del adarve para dificultar su acceso, permitía la entrada a una sala abovedada de la que sale una escalera que conduce a la terraza almenada.

 

El año 1991 el Ayuntamiento compró el castillo por seis millones de pesetas a los herederos de los condes de la Revilla. Fue declarado en 1993 Bien de Interés Cultural.

 

El ayuntamiento emprendió las gestiones para la limpieza y restauración de las zonas más afectadas de manera que actualmente se puede visitar contando el castillo con paneles explicativos y un documental sobre la historia de Iznájar.