Alcázar de los Reyes Cristianos

 

 

Fortaleza y palacio, edificado a partir de 1327 por Alfonso XI, situado junto a la orilla derecha del Guadalquivir, sobre un anterior castillo omeya y parte del posterior y mas extenso alcázar califal, a su vez posible emplazamiento de la originaria y primigenia residencia del procurador romano junto a la primitiva Aduana que controlaba las embarcaciones en la Colonia patricia cordobesa, así como del recinto defensivo de época visigótica. 

 

Cedido en principio parcialmente su espacio a la Orden Agustina tras la conquista cristiana, pasa por tanto a la Corona para su edificación como alcázar real en el siglo XIV, aprovechando elementos arquitectónicos anteriores, restaurándose sus murallas durante el reinado de Enrique II y se convierte así en residencia palaciega, sobre todo de 1393 a 1406 durante el reinado de Enrique III, incluso en 1455 se celebra en sus muros la boda entre el rey de Castilla Enrique IV con Juana de Portugal, del mismo modo que de 1482 a 1492 las frecuentes estancias de los Reyes Católicos en Córdoba con motivo de la guerra de Granada propician e incrementan su uso real, de forma que en su interior nace su hija, la infanta doña María. 

 

Desde entonces y hasta 1812, es cedido al Tribunal de la Inquisición, que transforma su uso adaptándolo a sus funciones, dotándolo de mazmorras y convirtiéndolo en un edificio mas cerrado, uso que concluirá en 1822 en que es destinado a uso carcelario, que no cesará hasta 1931 al ser dedicado a instalaciones militares. Finalmente en 1955 es cedido al ayuntamiento de la ciudad de Córdoba, otorgándole uso institucional y haciéndolo visitable, al mismo tiempo que se acometen importantes restauraciones que van devolviendo al edificio su genuina fisonomía.

 

Aunque conserva parte de las arquitecturas anteriores romanas, visigodas y árabes, fue construido en estilo gótico cristiano, con influencia arquitectónica centroeuropea. Su planta responde a un cuadrado irregular, con sus cuatro costados protegidos por torres góticas. Se trata de un recinto fortificado dentro de un conjunto amurallado, que conserva los adarves y almenas enlazando las zonas altas de las torres.

 

Igualmente conserva los antiguos baños, adosados a la muralla norte, así como los patios, albercas y estanques en jardines de marcada influencia árabe y morisca.